Da igual que llueva o haga sol, estés enfadado o alegre, triste, París esta ahí. Desde la Biblioteca nacional creada por Miterrand, pasando por la Gare du Nord, du Lyon, pasando por la Notre damme, atardeciendo paseando en barco por el Senna mientras los reflejos anaranjados se apostan en tu mirada ...
Una Torre Eiffel que empieza a iluminarse, el olor de los puestos de Crepes que hacen del ambiente respirable un romanticismo cabalgante ...
Se echa el frio encima, el Louvre se ilumina, su piramide refleja los 102 cristales que la conforman, recuerdo en mi cabeza las notas de Jazz de Saint Germain ...
Te abrazo, te susurro al oído un leve Je taime, tan típico de los paseos por Tulleries o los jardines de Luxemburgo, la brisa de las luces comerciales de Les champs elysees se postran en la sombra que acompaña mi andanza ... para acabar en el Arco del Triunfo ...
Alvaro Santos Photography
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